Nacemos respirando bien, cuando bebés o niños lo hacíamos perfectamente; sin embargo, a través de los años, con el estrés, la ansiedad y los malos hábitos (preocupaciones, miedos, etc.), comenzamos a respirar mal, afectando con ello nuestra salud física y psicológica. Solemos respirar muy rápida y superficialmente; la respiración superficial no aporta a los músculos ni al cerebro la cantidad de oxígeno necesaria para su correcto funcionamiento y puede crear tensión muscular, cansancio, producir dolores, malestares y enfermedad.
Con adecuada respiración, podemos aprender a relajarnos, liberar nuestro cuerpo de la tensión y combatir el estrés y la ansiedad.
¿Cómo respirar para favorecer la reducción del estrés y combatir la ansiedad?
Un método que ha demostrado ser eficaz para combatir el la ansiedad y el estrés y provocar la relajación, es la respiración profunda.
Andrew Peden de Coaching and sport Science Review nos habla de la respiración profunda como un método de relajación sencillo y básico. Cuando respiramos profunda y lentamente, reducimos nuestro ritmo cardíaco, ayudamos a relajar los músculos del hombro y cuello, desviamos la atención del estrés, liberamos hormonas del bienestar y provocamos la respuesta de relajación incidiendo positivamente en nuestra salud general; por lo que puede ser un modo inmediato, accesible y eficaz de reducir la ansiedad.
Ejercicio para identificar si respiramos superficial o profundamente
- Pon tu mano izquierda sobre la parte inferior del abdomen y tu mano derecha sobre su pecho.
- Exhala completamente.
- Ahora respira profundamente (inhalando por la nariz).
- Si la mano que está sobre tu estómago se mueve hacia fuera al inspirar y el aire parece fluir ingresando fácilmente a la base del estómago, estás respirando profundamente. Si cuando respiras, la mano que está en tu estómago se mueve hacia adentro y tu estómago se retrae y la mano sobre tu pecho se mueve hacia afuera a medida que se expande el diafragma, tu respiración es demasiado superficial.
Ejercicios de respiración
Estos ejercicios te ayudarán a respirar profundamente y lograr reducir el estrés y la ansiedad, provocando un estado de relajación. Son rápidos y fáciles de hacer, se pueden practicar en cualquier lugar y en cualquier momento sin llamar la atención a los demás sobre lo estás haciendo. A continuación algunos ejemplos:
- Exhala profundamente, contrayendo el abdomen.
- Inspira lentamente expandiendo el abdomen.
- Continúa respirando expandiendo el pecho.
- Continúa inhalando elevando los hombros hacia las orejas.
- Sostén la respiración hasta la cuenta de 3.
- Exhala lentamente hasta la cuenta de 6.
- Relaja completamente los músculos de los hombros y el pecho.
- Repite 3 ó 4 veces hasta lograr una sensación de calma.
- Puedes también hacer todo esto con una música suave de fondo o con un audio motivador.