Con el ritmo de la vida moderna, el tiempo que no alcanza, el sinnúmero de actividades y todas las cosas que tenemos que hacer; muchas veces nuestro hogar parece un hotel donde entramos y salimos, y permanecemos fundamentalmente para comer, dormir y descansar. Y muchas veces cuando estamos, estamos conectados a algún aparato (tv, internet, redes, etc.) provocando que, aunque vivimos juntos, no nos comuniquemos. Esta situación está afectando a muchas familias. ¿Le pasa esto a tu familia? ¿Cómo podemos librarnos de esta situación?
EL FENÓMENO DE LA “CASA HOTEL”. Podríamos decir que en ella:
- Los miembros de la familia utilizan la casa fundamentalmente para comer, dormir y descansar.
- Todos entran y salen a diferentes horas, se ven y comunican poco.
- Los hijos no tienen responsabilidades en casa. Papá y mamá les proporcionan fundamentalmente comida, estudio, ropa.
- No hay espacios de encuentro familiar y si comparten algún tiempo, este es distraído por terceros (TV, smartphone, tablet, pc, teléfono, etc.).
- La comunicación entre los miembros de la familia es limitada.
- El sentimiento de protección, de amparo, que proporciona el hogar se encuentra disminuido.
CONSECUENCIAS PARA LA VIDA FAMILIAR
- Falta de comunicación
- Individualismo
- Falta de responsabilidad en los hijos
- Padres estresados
- Padres e hijos que se conocen poco
- Falta de “hogar”
- Los miembros de la familia no encuentran el soporte afectivo que necesitan frente a sus problemas.
- Sentimiento de falta de unión.
¿QUÉ PODEMOS HACER? Aquí te dejamos algunas sugerencias para que la vida moderna no perjudique nuestro hogar:
- Asumir que tenemos un problema, reunir a la familia y dialogar al respecto.
- Crear espacios de encuentro familiar, donde la norma sea “dedicación plena”, sin interferencias de terceros (amigos, trabajo, aparatos electrónicos, tv, teléfonos, etc.).
- Replantear la distribución de responsabilidades en casa: tanto para los padres como para los hijos.
- Instituir al mes un día familiar, tal vez un domingo donde todos la pasen juntos en torno a diversas actividades.
- Rescatar al menos 4 comidas a la semana en familia, sin tv, sin celular, con sobremesa.
- Revisar periódicamente los cambios instituidos, evaluando en familia cómo vamos.
Pero la felicidad necesita del calor del propio hogar. No puede tomarse de jardines ajenos.
Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar.
Frases de Oliver wendell Holmes
Los mejores momentos de mi vida han sido aquellos que he disfrutado en mi hogar, en el seno de mi familia.
La familia “se hace fuerte no por el número de cabezas que hay en la mesa, sino por los rituales que ayudes a los miembros tu familia creen, por los recuerdos que comparten, por el compromiso de tiempo, cariño y amor que muestran entre sí, y por la esperanza para el futuro que tenemos como individuos y como una unidad”.
Marge Kennedy
