¿Te ha pasado?
- Estás conversando con alguien, bosteza y tú piensas “estoy aburriéndolo”.
- Pasas por la calle, alguien te mira y te dices “seguro que tengo algo mal”.
- En una reunión, hay un grupo cerca de ti riendo y supones “se están riendo de mi”
- La maestra manda una nota sobre tu hijo indicando que no hizo la tarea y piensas “soy una mala madre”.
- Alguien opina en la reunión de trabajo “aquí muchos son irresponsables” y piensas “lo está diciendo por mi”.
“Personalización” en psicología es un término propuesto por el psicólogo Albert Ellis que hace referencia a una forma de pensamiento distorsionado en el que la persona supone que todo lo que pasa a su alrededor tiene algo que ver con ella, a pesar de no tener datos suficientes como para sacar estas conclusiones.
Cuando personalizamos interpretamos cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una señal para autoanalizarnos y valorarnos a nosotros mismos, casi siempre de manera negativa.
Al personalizar suponemos que nos atacan verbalmente o que nos miran mal o que critican algún aspecto de nuestra vida o comportamiento.
¿Cómo reaccionamos cuando personalizamos?
Podemos tener una de las dos siguientes reacciones:
- Agresión: interpretamos la situación como peligro, creemos que nuestro yo ha sido herido “¿por qué me mira así?”, “se está riendo de mi”, “está diciendo eso por mi”, experimentamos rencor y reaccionamos.
- Cuestionamiento de nuestra valía personal: asumimos lo que identificamos como crítica y nos atacamos con pensamientos del tipo “piensan mal de mí”, “se han dado cuenta de mis errores”, “no valgo la pena”. Esto nos lleva a la tristeza o abatimiento.
Estas reacciones pueden afectar nuestra relación con los demás y con nosotros mismos.
¿Cómo abandonar esta forma distorsionada de pensar?
Lo primero que tenemos que hacer es caer en la cuenta que es imposible que todo lo que las personas a nuestro alrededor hagan o digan, tenga que ver con nosotros de alguna manera. Personalizar es una manera no lógica de pensar, por lo que para combatir esta forma de pensamiento recomendamos:
- Darse un tiempo para reflexionar cuando nos encontremos personalizando. Si analizamos la situación de manera lógica veremos que no podemos encontrar evidencia que confirme esa interpretación que hemos hecho de la conducta ajena. Por ejemplo, si alguien bosteza cuando conversas con él y tú piensas “estoy aburriéndolo”, toma conciencia que estás interpretando sin ningún fundamento la conducta del otro. La otra persona puede haber bostezado por muchas razones: tal vez está cansado porque ha tenido un día muy pesado en el trabajo, o ha dormido muy poco por la noche pues tenía una preocupación, etc. O, tal vez puedes preguntarle ¿estás cansado? ¿has dormido poco?, etc. La retroalimentación de la otra persona, te llevará a desaparecer los fantasmas en tu mente.
- Tratar de comprender qué aspecto de la conducta de la otra persona ha interferido con nuestro interior, qué nos estamos diciendo a nosotros mismos y por qué, así entenderemos a qué carencia responde nuestra forma distorsionada de pensar y podemos trabajar en ella. Por ejemplo, si te encuentras diciéndote cosas como “mi hijo ha salido mal en los estudios por mi culpa” o “se han reído porque yo he pasado”, etc. pregúntate qué te lleva a decir de ti mismo estas cosas, porqué albergas auto-evaluaciones negativas acerca de tu persona, con qué aspecto de ti mismo no estás conforme que te lleva a desvalorarte. Puedes con esto descubrir áreas de ti que necesitas trabajar, tal vez con ayuda de un consejero.
Y recuerda que:
“La perturbación emocional no es creada por las situaciones sino por las interpretaciones que le damos a esas situaciones” Albert Ellis.