Hoy quiero hablarte de una persona muy importante. Esta persona es realmente única, tiene tantas cualidades, tantas particularidades, que en realidad, encontrarte con ella es un placer. Esta persona, como todos, tiene sus defectos, sus luchas, sus sueños. Pero es tan irremplazable, tan importante, tan especial, que solo ella está autorizada a realizar un trabajo fundamental, que, si no lo hace, nadie podría hacerlo por ella. TE IMAGINAS, SÓLO ELLA EN ESTE MUNDO PUEDE HACER EL TRABAJO QUE LE HA SIDO ASIGNADO REALIZAR.
¿QUIERES CONOCER A ESTA PERSONA?
Te la presento: Esa persona eres tú.
Hoy quería recordarte persona importante, especial, única, irremplazable que eres. No sé en qué momento te coge mi mensaje. Tal vez en un momento estupendo, donde las cosas te van bien y te sientes satisfecho(a), contento(a), amado(a), valioso(o), con rumbo. O en un mal momento, donde nada parece satisfacerte, ni tener sentido, donde te sientes triste o furioso(a), o ignorado, u olvidado.
Sea en el momento en que estés, lo que te he dicho es la verdad: eres una persona única, valiosa, con un potencial inmenso para crecer, nadie en este mundo puede hacer por ti lo que tú hace, nadie puede ser tú en el mundo, ni influir a tu alrededor como lo puedes hacer tú, ni relacionarte con los tuyos como tú, ni ser para los otros tú mismo(a) sino tú.
Si estás en un buen momento, es hora de dar gracias por ello y seguir siendo una estupenda influencia en este mundo. Si estás en un mal momento y no crees lo que te he dicho, es hora de hacer un alto, redescubrir este valor tuyo que te fue dado con la vida, que no depende de nada de lo que hayas hecho, bueno o malo, sino que vino contigo, te fue dado para hacer en esta vida lo que sólo tú puedes hacer. Buscar ayuda, si la necesitas, para reencontrar tu valor, para reconstruir, para perdonar, para perdonarte, para crecer, para encontrar tu lugar trascendente en este mundo, para ser feliz. Lo maravilloso de todo esto es que siempre puedes empezar, y ese comienzo puede ser hoy.
